Por:
Marcio Kanamaru
Socio líder de Tecnologías, Medios y Telecomunicaciones de KPMG en Brasil y América del Sur
La innovación tecnológica continúa avanzando a pasos agigantados. Desde la inteligencia artificial generativa (GenAI) hasta la computación cuántica, el progreso y espectro de aplicación de estas nuevas tecnologías crece día a día a tasas que son difíciles de cuantificar por las empresas. Como consecuencia, las organizaciones enfrentan un dilema o trade off constante en sus decisiones de inversión tecnológica, que pone cara a cara dos elecciones contrapuestas. Por un lado, comprenden que deben innovar de manera continua para mantenerse vigentes frente a sus clientes y grupos de interés, lo que se combina con el socialmente denomina “FOMO” o “miedo a perderse de algo”; pero, por el otro, son conscientes de los costos que la incorporación de estas nuevas herramientas podría generar en sus estructuras y procesos establecidos, si la decisión es apresurada o son aplicadas de manera indiscriminada por el solo hecho de copiar lo que hace el resto.
Estas son algunas de las conclusiones a las cuales arribó la última edición del conocido reporte anual “KPMG Global Tech Report”[1], que recolectó la opinión de más de 2.500 profesionales del área tecnológica alrededor del mundo (casi un tercio de las Américas), y cuyas actividades están distribuidas en una gran variedad de sectores (especialmente, los servicios financieros, la industria tecnológica y el retail).
1. KPMG. KPMG global tech report 2024. Beyond the hype: Balancing speed, security and value. KPMG, 2024.
En términos generales, del informe pueden extraerse tres cifras globales que dan cuenta del éxito que las empresas están cosechando por sus inversiones en tecnología: mientras un abrumador 87% de los encuestados informó haber obtenido mayores beneficios a raíz de sus inversiones en este ítem (lo que representó un aumento de 25 puntos porcentuales respecto a 2023), dos terceras partes de los líderes encuestados (66%) aseguró estar satisfecho con el valor generado por las mismas. Asimismo, una gran mayoría (74%) se jactó de haber implementado correctamente la inteligencia artificial (IA) a su negocio.
Sin embargo, uno de los principales puntos de discusión del estudio estuvo centrado en la gran proporción de líderes participantes que percibe estar “luchando” por mantenerse al día con el ritmo de cambio (78%).
Sin embargo, uno de los principales puntos de discusión del estudio estuvo centrado en la gran proporción de líderes participantes que percibe estar “luchando” por mantenerse al día con el ritmo de cambio (78%), generándoles una sensación casi permanente de “estarse quedando atrás” respecto a sus competidores. Si bien resulta lógico pensar que, debido a los beneficios derivados de las inversiones en tecnología realizadas en el pasado y el “entusiasmo” por seguir aprovechándolos, esta sensación puede llevar a las organizaciones a tomar decisiones apresuradas o mal informadas, los resultados del informe 2024 muestran que los líderes son ahora más conscientes y estratégicos en sus decisiones, pero sin perder de vista las tendencias seguidas sus pares en el mercado. De hecho, según los resultados del estudio, es esperable que los líderes del sector comiencen a basar sus decisiones de inversión principalmente en evidencia primaria (o de generación propia), pero se nutran también de una gama más amplia de fuentes de información. Esta conclusión se desprende directamente del hecho de que, con relación al último informe (2023), todos los denominados “drivers” de inversión (es decir, las decisiones orientadas por terceros, incluidos los reguladores; las pruebas internas y de concepto; copiar a la competencia; el retorno de la inversión; o los costos de implementación, entre otros), han experimentado un aumento promedio de 15 puntos porcentuales (pp.), ponderando la orientación de terceros (1er lugar) y los ensayos internos y pruebas de concepto (2do lugar) como los principales factores de decisión, y dejando al primer lugar de 2023 (copiar a la competencia) en el tercero.
Como resultado, el cambio de enfoque en las decisiones de inversión está mejorando el valor generado por la tecnología en el ámbito empresarial, dando lugar a que los líderes tecnológicos comprendan la importancia de priorizar las iniciativas tecnológicas en función de su valor empresarial, una regla o atributo que los ejecutivos han destacado como determinante para que las organizaciones puedan prosperar en la economía digital actual. En ese sentido, el estudio subrayó que las organizaciones con mejor desempeño serán, de hecho, aquellas que sean capaces de alinear su cartera de inversión en tecnología con los objetivos a largo plazo (un 53% así lo evaluó). Asimismo, y en contraste a lo que mencionábamos en el primer párrafo, la posibilidad de cuantificar el valor de las decisiones de inversión en tecnología y medir su impacto se ha vuelto determinante. Ya que tal habilidad no solo proporciona la capacidad de realizar comparaciones entre diferentes opciones de inversión, sino que revela el valor real de las mismas, despejando así el “entusiasmo desmedido” por subirse a una tendencia cuyo resultado se desconoce.
Y esto está siendo posible gracias a la madurez en el uso de los datos, desde que más de la mitad de los encuestados (52%) se definió como proficientes o altamente capaces de hacer un uso eficiente de los datos, lo que representó un incremento de 12 pp. en relación con 2023 (40%). Los datos, que han sido un factor decisivo en la transformación digital de las empresas, hoy representan un diferencial absoluto en la generación de valor confiable para las inversiones en tecnología. En particular, resulta prometedor hallar que el 35% de los encuestados esté enfocándose en mejorar la protección de sus datos, o que más del 30% esté priorizando su accesibilidad, democratización y gobernanza, sobre todo en lo vinculado al uso ético y reglamentario de los datos, pero también en lo vinculado a la nueva panacea tecnológica: la inteligencia artificial (IA).
Al respecto, los resultados mostraron que casi tres cuartas partes de las organizaciones están generando valor comercial de sus inversiones en IA, aunque solo una de cada tres la está escalando con éxito a la producción. Al mismo tiempo, el informe destacó que no puede soslayarse la ansiedad que IA está generando en la fuerza laboral, desde que un 78% de los líderes está preocupado que sus usuarios vean esta tecnología como una "caja negra", o que el 77% de los mismos no pueda separar las capacidades de IA de los desafíos que plantea, sobre todo en términos de la siempre latente reducción en los puestos de trabajo, o su innegable asociación a diversas preocupaciones éticas. Claramente, hay espacio para la mejora.
A pesar de lo anterior, los especialistas aseguran que es posible desbloquear un valor sostenible exitoso y duradero para las inversiones tecnológicas. Para ello, el estudio concluye que los líderes deben recurrir al rigor, la creación de consenso y, especialmente, impulsar una agenda de transformación confiable de IA en sus organizaciones. Estamos seguros de que los resultados del informe de este año (2025) transformarán estos “deseos” en realidades, confirmando así un avance sin fisuras y una integración cada vez más aceitada de estas tecnologías a la estrategia y operación de todas las empresas.
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